El mensaje adventista ante la evolución

El mensaje adventista ante la evolución

¿Pueden los adventistas creer en la evolución teísta y al mismo tiempo proclamar el mensaje de Apocalipsis 14:6-12?

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). La doctrina de la creación ocupa un importante lugar en el mensaje y en la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Hay dos motivos para ello. Primero, los adventistas creen en una creación absoluta; segundo, sienten el compromiso de proclamar el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14.

La filosofía adventista de los orígenes afirma que Dios creó el mundo en siete días. Los adventistas no le dan cabida a la evolución en su credo, ni a la teoría naturalista, ni a la teísta. No solamente aceptan que Dios es el Creador, sino también creen que él tomó la forma humana para llegar a ser nuestro Redentor, como dice Juan: “En el principio ya existía el Verbo… Todas las cosas fueron hechas por él. Y nada de cuanto existe fue hecho sin él” (Juan 1:1-3, 14).

Por esa razón, al proclamar el Evangelio, los adventistas enfatizan tanto la creación como la redención. Este énfasis es predominante en su fidelidad al evangelio eterno de Apocalipsis 14, donde se nos da la siguiente descripción: “Entonces vi a otro ángel que volaba por el cielo, con el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la tierra… Decía a gran voz: “Adorad al que hizo el cielo y la tierra…el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:6, 7, la cursiva es nuestra). En este mensaje para los últimos días, el evangelio eterno hace un llamado para adorar al Creador. En este contexto, es clara la razón por la cual los adventistas no pueden aceptar ninguna explicación evolucionista para el origen del universo.

Por Marco T. Terreros – Continuar leyendo el artículo original

Mensajes del segundo advenimiento

Mensajes del segundo advenimiento

Introducción

El 22 de octubre de 1844 es una fecha trascendente en la historia del movimiento adventista. Los milleristas tuvieron que experimentar lo que hoy conocemos como el “gran chasco”. Esta desilusión los llevó a estudiar más en profundidad las profecías acerca de la Segunda Venida de Cristo. A partir de allí, el Espíritu Santo guió a un grupo pequeño de personas hacia el surgimiento y la organización de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

¿Será casualidad que ese mismo año Charles Darwin completó un resumen de sus ideas sobre la evolución por selección natural? Su resumen, en realidad, era un pequeño libro.  Sin embargo, Darwin no publicó su “resumen” ese año.

Curiosamente, también en 1844, Robert Chambers publicó un libro de forma anónima, titulado Los vestigios de la historia natural de la Creación. Este libro trataba sobre la posibilidad de cambios evolutivos durante largos períodos de tiempo. Se ha dicho que este libro tuvo más impacto sobre el público que el libro de Darwin, publicado unos 15 años después. Al ver la intensa reacción del público ante el trabajo de Chambers, Darwin decidió esperar un tiempo para publicar su libro. Lo hizo 15 años más tarde.

La ironía es obvia: el nacimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, con su énfasis en los seis días de la creación bíblica, coincidió con la presentación pública del pensamiento evolutivo.  ¿Fue esto una coincidencia? No lo creo.

El siguiente sermón fue adaptado de L. James Gibson.

 

Bosquejo

  1. Introducción
  2. Coincidencia o sincronización divina
  3. El primer ángel
  4. La adoración
  5. El segundo ángel
  6. Otras teorías
  7. El tercer ángel
  8. Justicia por la fe
  9. Conclusión

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