Cómo hablar de creacionismo
Para algunos, el creacionismo es como una religión. Otros consideran que Dios no existe. Así, el creacionismo es considerado una ilusión. ¿Será así? Primeramente, es interesante mostrar al escéptico lo que es el verdadero escepticismo. No considero el escepticismo algo totalmente negativo. Uno de los doce discípulos era ligeramente escéptico y Jesús no lo reprendió por eso. Ese era Tomás. Él buscaba experimentar por sí mismo aquello que los otros hablaban. La mejor manera de presentar el creacionismo es invitar al escéptico a ser escéptico de la verdad; cuestionar todo y buscar evidencias que sean sólidas para su cosmovisión. El creacionista tiene bastantes evidencias para presentar: actualmente muchos descubrimientos de la biología molecular que demuestran un diseño inteligente de la vida. La arqueología bíblica está allí ayudando a desenterrar la base histórica de las Escrituras. Entonces, muestre los hechos y deje que los escépticos saquen sus propias conclusiones.
La complejidad de la vida habla a favor del creacionismo. Los mismos darwinistas confirman dicha complejidad. Por ejemplo, Richard Dawkins, en el libro O Relojoeiro Cego [El Relojero Ciego], dice que el núcleo de una ameba tiene tanta información como todos los 30 volúmenes de la Enciclopedia Barsa. Toda forma de vida, desde la más “simple” hasta la más compleja, revela que hubo planificación. Y todos saben que toda esa información compleja y específica simplemente no surge de la nada.
Hay quienes dicen que el creacionista tiene la mente cerrada, pero, en verdad, él abre su mente para lo natural y sobrenatural (finalmente, el mundo natural y las leyes naturales no pueden ser la causa de ellos mismos), mientras los naturalistas cierran la mente a lo sobrenatural y se quedan frente a un dilema: ¿Cómo todo pasó a existir a partir de la nada? La verdad es amplia y debería ser buscada de manera igualmente amplia.
Si desea dialogar de manera constructiva con los naturalistas, el creacionista necesita comprender qué es la ciencia. Es importante saber diferenciar la ciencia experimental de la ciencia histórica. Por ejemplo, cuando se habla del origen de la vida, las personas creen que eso es ciencia experimental, pero no es, porque no es posible demostrar en un laboratorio cómo “surgió” la vida. ¿Cómo probar algo que no se sabe cómo sucedió? Simular un supuesto “ambiente primordial” sin que exista la certeza de que fue en él donde todo tuvo su inicio no es ciencia, es suposición.
Si el creacionista entiende lo que es ciencia, se hace más fácil dialogar con un darwinista.
Por Michelson Borges