No tengo mucha fe en la lógica como una solución para los problemas del mundo, pero yo quiero una fe lógica. No exijo que mi fe se equipare a la “lógica científica” como se la concibe actualmente, pero espero que sea coherente en todos los aspectos. Me refiero aquí a la lógica interior de la Escritura y la doctrina, por supuesto. Quiero creer lo que la Biblia enseña, pero también quiero que esa creencia sea lógica. No quiero creer en “fábulas artificiosas” (2 Pedro 1:1)*.
Me rehúso a creer en cualquier “doctrina cristiana” que yo no pueda basar satisfactoriamente en la Biblia. Pero también me rehúso a negar cualquier doctrina cristiana apoyada en la Biblia, aun si ésta fuera impopular o se la considere “no científica”. Hacerlo sería ilógico.
Tengo un amigo que es el capellán de la universidad estatal donde enseño. Este pastor tiene una fe ilógica, y piensa que eso le ayudará a atraer a Cristo a nuestros estudiantes universitarios. Cree, según dice, en la existencia de Dios, en Jesucristo como su Salvador, en el nacimiento virginal y en la vida venidera, pero no cree en la Creación. Para mi modo de ver, esto hace que su fe carezca de sentido y resulte ilógica. Muchos cristianos presuntamente “lógicos” comparten la fe ilógica de este pastor universitario. En este breve artículo trataré de explicar por qué es ilógico desde el punto de vista bíblico y doctrinal no creer que Dios creó la vida sobre la tierra en seis días literales.
Por Ed Christian – Continuar leyendo el artículo original