Introducción
El 22 de octubre de 1844 es una fecha trascendente en la historia del movimiento adventista. Los milleristas tuvieron que experimentar lo que hoy conocemos como el “gran chasco”. Esta desilusión los llevó a estudiar más en profundidad las profecías acerca de la Segunda Venida de Cristo. A partir de allí, el Espíritu Santo guió a un grupo pequeño de personas hacia el surgimiento y la organización de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
¿Será casualidad que ese mismo año Charles Darwin completó un resumen de sus ideas sobre la evolución por selección natural? Su resumen, en realidad, era un pequeño libro. Sin embargo, Darwin no publicó su “resumen” ese año.
Curiosamente, también en 1844, Robert Chambers publicó un libro de forma anónima, titulado Los vestigios de la historia natural de la Creación. Este libro trataba sobre la posibilidad de cambios evolutivos durante largos períodos de tiempo. Se ha dicho que este libro tuvo más impacto sobre el público que el libro de Darwin, publicado unos 15 años después. Al ver la intensa reacción del público ante el trabajo de Chambers, Darwin decidió esperar un tiempo para publicar su libro. Lo hizo 15 años más tarde.
La ironía es obvia: el nacimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, con su énfasis en los seis días de la creación bíblica, coincidió con la presentación pública del pensamiento evolutivo. ¿Fue esto una coincidencia? No lo creo.
El siguiente sermón fue adaptado de L. James Gibson.
Bosquejo
- Introducción
- Coincidencia o sincronización divina
- El primer ángel
- La adoración
- El segundo ángel
- Otras teorías
- El tercer ángel
- Justicia por la fe
- Conclusión