Sexto día: Animales y ser humano
Dios hizo los animales terrestres, domésticos y salvajes, conforme a su especie. Creó al hombre y a la mujer y los bendijo para que se multiplicaran (Leer Génesis 1:24-31)
¿Qué son los animales? ¿Qué es el ser humano?
Los animales terrestres fueron creados por Dios según su especie. Es decir que, aunque comparten estructuras y características similares, encontrar un ancestro común del que hayan derivado es una teoría que condiciona al científico evolucionista. No se han encontrado suficientes “eslabones” entre los animales y el hombre como para probar una conexión ancestral. La gran diversidad de la fauna proviene desde la semana de la creación. Eso no significa que la microevolución no exista; es decir, cambios adaptativos al contexto en donde se desarrolla cada especie. No se han verificado cambios sustanciales o saltos de una especie a otra, y mucho menos, de animales a seres humanos.
¿Qué significa en la Biblia?
La Biblia establece claramente que los seres humanos difieren definidamente de los animales. Cuando Dios creó a Adán, “formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7). Los animales no fueron creados de esa manera: “Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así” (Génesis 1:24). Animales y hombres son diferentes en valor, dignidad y destino. Dios nos concedió dominio sobre el reino animal, pero nuestra mayordomía debiera responsabilizarnos de tratar a los animales con bondad y cuidado, aun cuando los utilicemos para nuestro beneficio en forma legítima.
Reflexión
Dios tiene un propósito para nuestra existencia. Todo lo que hizo fue motivado por el profundo amor por cada criatura. Contrariamente a lo que algunos piensan, no estamos solos en el universo. Nuestro Padre celestial ha planificado todo con cuidado. Lamentablemente, nuestras malas decisiones morales han hecho una separación entre Dios y nosotros. Pero el Hijo de Dios, nuestro Salvador, vino a rescatarnos y a darnos una nueva oportunidad. Muy pronto este capítulo de la historia concluirá para dar paso a la nueva creación. El jardín del Edén será restaurado y la armonía reinará otra vez en todo el universo. En palabras poéticas: “Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor” (El conflicto de los siglos online).